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Carlos Sastre: “Voy al Giro a luchar por lo máximo”

El ciclista en activo con más ‘top ten’ en las grandes vueltas tiene una cuenta pendiente con la carrera italiana

 

El abulense Carlos Sastre es, a sus 34 años recién cumplidos, el ciclista en activo con más “top ten” en las grandes vueltas por etapas del pelotón. Seis veces entre los diez primeros del Tour y otras seis en la Vuelta son sus números. A nivel de podios, tres en la Vuelta (segundo en 2005 y 2007 y tercero en 2008) y dos en el Tour (primero en 2008 y tercero en 2006). El Giro es su cuenta pendiente. Por cuarta vez acude a la salida de la corsa rosa, pero será la primera en la que lo haga como jefe de filas, con la intención de defender sus opciones. Lo hace al frente de uno de los equipos invitados, el Cervélo, y se enfrenta, como uno de los favoritos, a corredores de la talla de Leipheimer, Basso, Cunego, Menchov, Di Luca, Armstrong…

 

¿Qué le ha llevado a elegir este año el Giro en vez de la Vuelta?

Son varias las razones que me han movido a correr esta carrera. El Giro es el único podio que me falta de las tres grandes. Siempre que lo he corrido ha sido trabajando para otros corredores y este año tenía la ilusión de disputarlo para mí. Otra razón es que se celebra el centenario de la carrera y Cervélo tiene mucho interés en esta efemérides. También ha influido el recorrido, con seis o siete finales en alto y una contrarreloj que por su dureza no es exclusiva para contrarrelojistas puros… Todo ello ha influido en mi decisión.

 

¿Sale a disputarlo a tope o lo hará pensando en que luego le espera el Tour?

Yo suelo planificar la temporada con cierta perspectiva de futuro, pero cuando tengo un objetivo próximo sólo pienso en ese. El Giro de Italia es mi primer objetivo importante de la temporada y asisto a él tratando de luchar por lo máximo. Creo que he hecho una buena preparación para llegar a la salida en las mejores condiciones. Por lo tanto, ahora sólo pienso en el Giro. Una vez lo termine, independientemente de cómo me haya ido, empezaré a planificar el Tour. Es lo que he hecho otros años, en los que he enlazado el Tour y la Vuelta. Y, mejor o peor, creo que siempre he estado a buen nivel y en el último año en los dos podios…

¿Hasta llegar al Giro, ha seguido fielmente el calendario planificado al principio de la temporada?

Sí, prácticamente no me he salido del guión. El único cambio ha sido correr la Amstel Gold Race en lugar de la Flecha Valona, porque coincidía con la entrega de la medalla al mérito deportivo y por el premio de Castilla y León. Una vez superado el accidentado arranque del Tour de California, he podido ir progresando carrera tras carrera, haciendo los entrenamientos que me había programado. Llego tranquilo y con los deberes hechos.

 

¿Qué recuerdos guarda de los otros Giros que ha corrido?

El Giro lo he corrido en tres ocasiones y guardo buen recuerdo de todos ellos. Debuté en esta carrera en 1999, con la ONCE, trabajando para Jalabert. Fue mi primera vuelta grande y al final Laurent, que lució la ‘maglia’ rosa y tuvo opciones de ganar, terminó cuarto en la general. La segunda ocasión fue en 2002, ya en CSC, ayudando a Tyler Hamilton a estar en el segundo peldaño del podio. La última vez fue la que colaboré en el triunfo de Iván Basso, en 2006.

 

¿Qué características destacaría del Giro?

El Giro es, sobre todo, una carrera de supervivencia, que se corre de una forma completamente diferente a las demás. Siempre ponen muchos traslados, mezclan largas etapas-maratones de 250 kilómetros con otras nerviosas y espectaculares de menos de 100 kilómetros… Y luego está la peculiar manera de correr de los italianos. Se suele salir siempre deprisa, hasta que se hace una escapada que coge una minutada, porque el pelotón va tranquilo, y luego las dos últimas horas de la etapa son vertiginosas, con emboscadas prácticamente en todos los finales. Los corredores italianos son muy combativos y se la juegan en cualquier momento, tratando de buscar una oportunidad, por lo que tienes que estar siempre atento a los movimientos. Otro factor diferenciador es el porcentaje de los puertos de montaña, que son realmente duros.

 

¿Qué opina del recorrido de este año?

Ya he dicho antes que me gusta, tanto por los finales en alto como por el diseño de la contrarreloj. Tal y como está estructurado, creo que es muy importante llegar a la salida en una muy buena condición. En la primera semana tenemos ya dos etapas en los Dolomitas, y aunque no son excesivamente duras hay que afrontarlas en condiciones para no perder un tiempo importante que te puede pasar factura al final. No digo que haya que llegar al cien por cien, pero sí cerca de ese porcentaje. Una cosa importante es recuperar al máximo durante la carrera en aquellas etapas que su desarrollo te lo permitan, sobre todo pensando en esas etapas del final, sobre todo la del Vesubio… Creo que será a partir de la contrarreloj, que es diferente a cualquiera de las que hemos corrido hasta ahora en las otras vueltas grandes, cuando la carrera empiece a definirse.

¿Favoritos?

Nunca hablo de favoritos antes de las carreras. En este Giro hay un gran plantel de corredores, pero hasta que no empiece la carrera no sabremos cómo llega cada uno. Dejemos que sea la propia competición la que señale a los favoritos.

 

¿Se siente bien arropado por su equipo?

Cervélo acude al Giro con un equipo joven. Salvo algún corredor con experiencia en grandes vueltas, la mayoría son corredores que van a afrontar su primera carrera de tres semanas. Van todos con mucha ilusión y mentalizados a echarme una mano, pero quiero darles el tiempo necesario para que vayan entrando en la carrera y la vayan asimilando lo mejor posible. Lo importante es que pueda utilizarles en los momentos puntuales de la carrera.

 

El equipo ha respondido bien en lo que lleva de temporada…

Los resultados obtenidos en este inicio de temporada han sido espectaculares. Se han conseguido victorias bonitas y podios muy importantes en las grandes clásicas. Estos resultados me han ayudado a prepararme con tranquilidad, a enfocar las cosas con calma y a poder centrarme al cien por cien en mis objetivos. Para mí esto ha sido muy importante. Digamos que los ‘clasicómanos’ han respondido y que ahora nos toca hacerlo a los ‘vueltómanos”.

 

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